Consigue explotar en mil colores, todos mezclados pero no revueltos. Es el resultado de la creación de nuevos sueños. El traqueteo del tren la mece como a una niña, que los roza con los dedos, a punto de dormirse.
Es difícil dejar un pedacito de ti atrás, porque siempre tienes la incertidumbre y el miedo de si morirá algún día. Por eso no viajes nunca de espaldas al sol, así siempre podrás ver lo que dejas.
Ya es de noche y pega la nariz al cristal, donde se reflejan sus dos ojos como dos pozos negros. Mientras, el pelo hace con sus manos un rinconcito donde el vidrio es la única barrera entre ella y la inmensa oscuridad.
Respira hondo, quizás algún día vuelva al punto de partida. Sonríe.
lunes, 17 de mayo de 2010
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